“Viva Chinchón porque tiene, viva Chinchón porque tiene la fama del aguardiente, de las mujeres bonitas y de los hombres valientes,….!” Así reza nuestra jota, así canta una tradición, un sentimiento, así se revela el clamor de nuestro pueblo.

Bajo el cobijo de los soportales, contemplando la inmensa mole de piedra que custodia la Plaza mayor, al cerrar los ojos, se puede sentir cómo se detiene el tiempo, cómo el embrujo y la fantasía recorren tu cuerpo; son estas y muchas otras sensaciones las que nos hacen trabajar día a día, las que nos empujan a alcanzar nuevas metas y cumplir nuestras ilusiones

En la misma Plaza Mayor de Chinchón, donde vivió el último Pregonero y rodeado de encanto y tradición, se levanta este restaurante inaugurado en febrero del 2002, bajo la iniciativa del siempre recordado Jesús Hernandez , y sus hermanos Rubén y Miriam; ésta, que después de unos años de formación y aprendizaje por lugares emblemáticos como la taberna del Alabardero, Arce, Coque, Hoffman, Dassa Bassa ó Lúa, afrontó un cambio de rumbo en su profesión, para hacerse cargo y continuar el proyecto de su hermano.

Hoy, este restaurante es referente en toda la zona; basando su cocina en la tradición con toques renovados y de modernidad. De esta forma, cada temporada la carta va cambiando según las materias primas que estén en su máximo esplendor.

Diferentes comedores y espacios de distinta capacidad, para albergar todo tipo de eventos; desde una reunión de trabajo, hasta un encuentro familiar.
Cuenta con dos balcones a la Plaza Mayor y un patio interior, que está climatizado para su uso

Dimes y diretes de bares, cultura e historia, tradiciones de ollas y pucheros, sabores y aromas de nuestras abuelas…. Y muchas más razones que quedan en el tintero, son las que nos llevan día a día a compartir con usted una ilusión, una realidad, una forma de vida; en definitiva de Chinchón y de nuestra cocina, y es que al final, siempre quedan ganas de volver.

Bienvenidos a su casa